Vuelve y hechiza
la flor Montemariana,
al ruiseñor.
la flor Montemariana,
al ruiseñor.
Al guayabal,
con su canto sublime
vuelven los pájaros.
En flor del monte,
con su pico de maíz
canta el mochuelo.
Volvió la calma,
los Montes de María
reverdecieron.
los Montes de María
reverdecieron.
El agua luz,
restaura el esplendor
de los riachuelos
Suenan las gaitas,
restaura el esplendor
de los riachuelos
Hablan los juncos,
en aguas cantarinas
sueña el guijarro.
sueña el guijarro.
Suenan las gaitas,
los Montes de María
se despabilan.
se despabilan.
Esperanzado,
desde el cerro de Maco
miro el paisaje.
La Sierra Flor,
para calmar la sed
se bebe el cielo.
Reina el silencio,
llueve sobre mojado
en mi terruño.
en mi terruño.
Canta el fusil,
la sangre llega al río
y el cielo mudo.
El campo en llamas,
hacia el monstruo urbano
huye la hormiga.
Sin compasión,
las almas de caballo
siembran las minas.
En el desquicio,
En el desquicio,
hasta el burro explotó
y quebró todo.
Apilonados,
ocultan los cadáveres
las escombreras.
Sólo la luna,
Sólo la luna,
alumbra y cuida el sueño
del desplazado.
Abandonados,
sueñan los angelitos
debajo el puente.
Truenos del mal:
sueñan los angelitos
debajo el puente.
Truenos del mal:
todavía resuenan
en los oídos.
en los oídos.
La batería
violón y clavicordio
violón y clavicordio
hacen un trío
De voz punzante
y acorde natural
clarín o bugle
En el Cesar,
suenan pitos y bajos
del acordeón.
suenan pitos y bajos
del acordeón.
Es pacifica,
te toca los estambres
una marimba
Hombre llanero,
con el arpa en la mano
toca el joropo.
En la alborada,
el sonar de trompetas
el sonar de trompetas
rompe la niebla.
Eder Navarro Márquez
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