miércoles, 11 de octubre de 2017

TANKAS, HAIKUS Y SENRYUS DE OCCIDENTE

TANKAS

Jardín de sueños.
Escucho el junco que habla
su voz de luna.
Alucinante música
anuncia el esplendor.


Lira incesante
viva imagen sin copia
es el poema:
enamorante amor
hecho de ansias y versos.


Cuando en mi lecho
se entreabre tu cuerpo,
lenguas de fuego
hacen arder la vida...
que fecunda la muerte.


Bate las ramas
del álamo y del arce,
viento de otoño.
Las hojas al caer,
parecen mariposas.


Hago los versos
Quiero animar el mundo
con mi tonada
Por siempre seré puente
Sueño Canto sin fin.


De la alta fronda,
después de la tormenta
caen las gotas,
hacen temblar la luz
y el cristal de las aguas.


Tus ojos claros:
como restos de amor
deslumbran mi alma.
Y desanudan una
fuga de sentimientos.



HAIKUS

Llena de luz
Sólo pasa la luna
por esta senda


Una luciérnaga,
con su verde esplendor
nos ilumina.


Huye del frío,
cruza los continentes
una cigüeña.


Que pase el frío,
soportando el olvido
la flor espera.


Saltan los peces,
en el arroyo claro
brillos de plata.



Reflejo de agua,
en la pared del pozo
tiembla la luz.


Sobre los pinos,
tan blanca y apacible
cae la nieve.


En el desierto,
a lomo de camello
van las montañas.


Sigue aflorando
en la tierra baldía,
la flor de cactus.


Sobre las flores
del valle ceniciento,
cae la nieve.


SENRYUS

Era la noche
de invierno, y fuiste tú,
mi único abrigo.

Vez, cómo como,
cómo el fruto prohibido
me hace pecar.

Beso tu boca,
su bálsamo exquisito
sustenta mi alma

No existe el tiempo
Sólo hay eternidad
para el amor

Ardiente luna
en los brazos del mar
moja su sueño

Mi lluvia triste
contigo quiere hacer
un bello estío

Una luciérnaga
alumbra nuestro beso
en la penumbra

Arrullas mi alma
abrasada en deseos,
luna dorada.

Espero alumbre
el sol de tu sonrisa,
mi alma sombría.

Busco mi estrella:
por un rayo de luna
subo hacia el cielo.

Amor y mar
verdad y poesía
quid de lo bello

Era la sed
y el hambre, y fuiste tú,
pan, leche y miel.

Abres tu diario
y te sigue besando
tu amor primero

La primavera,
te devuelve las flores
que arrastra el viento


©Eder Navarro Márquez